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HISTORIA DE LA MIGRACIÓN

 

JAPONESA EN MÉXICO

En México ha habido por lo menos 7 movimientos migratorios japoneses que datan desde 1897.

En 1897 llegaron los primeros migrantes japoneses al Estado de Chiapas, formando la Colonia Enomoto.

Los japoneses llegaron principalmente tras de la segunda guerra mundial al suelo mexicano. Muchos de los integrantes de dicha comunidad se dedican a la empresa privada, manteniendo importantes negocios en territorio mexicano. Así mismo, algunos mexicanos de origen japonés han destacado dentro de la marina, de universidades y actividades deportivas, comerciales y culturales. Una de las colonias japonesas de México, es la Colonia Enomoto ubicada en el estado de Chiapas

En el 10 de mayo de 1887, llegó el primer grupo de inmigrantes japoneses formado por 35 personas que fundaron la Colonia Enomoto establecida en Acacoyagua, en la región de Soconusco, Chiapas; fue la primera migración de japoneses hacia América Latina. Este primer intento migratorio, no tuvo el éxito esperado, pero fijó la base para las nueva oleada de inmigrantes japoneses hacia los países de Sudamérica. El grupo viajó a bordo del navío inglés Garlick, desembarcando en el puerto de San Benito en Tapachula, Chiapas.

 

LA COLONIA ENOMOTO

Takeaki Enomoto quien fuera ministro de relaciones exteriores se había mostrado interesado por la colonización, por lo tanto, bajo este interés envió a científicos japoneses a estudiar las tierras de México de norte a sur, con el objetivo de identificar las tierras más productivas y fértiles para la agricultura. Tras seis meses de investigación se entregó en 1893, el informe que describía la situación social y económica de México. Dicho informe describió un contexto totalmente rural, lo que sirvió como argumento a Takeaki, para hacer dos nuevos estudios, pero esta vez en busca de las tierras susceptibles de colonización en el sur de México.

De esta forma, las zonas estudiadas fueron el Soconusco en Chiapas, Oaxaca y Guerrero: “Se estudió las condiciones climáticas, el riesgo y la calidad de las tierras, los productos agrícolas que se explotaban, la mano de obra y la posibilidad de construir un puerto para facilitar el transporte de los productos” (Ota Mishima, 1985:36).  El arduo y meticuloso proceso de investigación, que duro 173 días, dirigido por Tadashi Nemoto y por el ing. Agrónomo Bunzo Hashiguchi, permitió al gobierno japonés considerar a la zona del Soconusco como el lugar idóneo  para emprender lo que fue la primera inmigración japonesa hacia este país y en América Latina.

 

 

 

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LÍNEA DE TIEMPO

LAS SIETE OLEADAS

El Dr. Horita regresó al Japón en 1904 y en 1906 volvió a México, ya casado, y acompañado del farmacéutico Naraki. Este por su parte, fue el precursor de los múltiples farmacéuticos de origen japonés. Después de 3 años sale a Alemania y no se supo más de él.

Entre los 6 inmigrantes particulares de los primeros colonos se encontraban Renzi Ota, Médico Veterinario, que conocía la medicina humana a fondo, quien trabajó arduamente entregándose totalmente a sus pacientes, obteniendo la confianza y simpatía de todos ellos, pero en 1921 se contagió de fiebre amarilla y falleció; la calle donde vivía lleva su nombre: Avenida Dr. Ota.

El segundo grupo colonizador carecía de fondos desde un principio, tanto que tuvieron que suspender el envío de nuevos inmigrantes. Imposibilitados a continuar pagando la deuda anual, decidieron quedarse con el lote correspondiente al pago inicial equivalente al de 3 años, que eran aproximadamente 13 000 hectáreas y el derecho sobrante lo dividieron entre el diputado Castillo y el Embajador Walheim.

Con esto, el área correspondiente a la primera Colonia Enomoto fue dividida verticalmente en tres partes, quedando solamente la porción central, menor a la tercera parte de lo que poseían.

Ya para 1910, esta segunda Colonia logró cultivar, en una pequeña área de 400 hectáreas, caucho y café, además de criar ganado. En esa forma muchos japoneses de diversos lugares se reúnen en este lugar con nuevas esperanzas; desgraciadamente, en esta época trascendental muere Tatsujiro Fujino.

La primera escuela de este tipo que se creó en nuestro país, y en todo el continente americano, fue en el estado de Chiapas a principios del siglo XX, donde llegó la primera oleada de japoneses. El nombre de esta escuela pionera evocaba con toda claridad el espíritu y la ilusión con que llegaron esos primeros emigrantes: “La Aurora”. La aurora es esa tenue luz que se ve al amanecer y que se va aclarando poco a poco hasta convertirse en un enorme resplandor.

 

ACTUALIDAD

Hoy en día la inmigración japonesa es tan importante como en Perú o Brasil, ya que muchas empresas de origen japonés han encontrado en México una base desde donde impulsarse al mercado y llevar sus productos a América Central, Suramérica e inclusive el resto del mundo, fomentando el uso de estrategias de bajos costes, y en algunos casos aprovechando las ventajas tributarias como la reducción de costos en cuanto a manufactura total por una mano de obra de bajo coste y condiciones laborales más flexibles.

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